Eran monstruos pero no tan
monstruos

Cuando era pequeño y a través de la televisión solía ver con particular temor las promociones que en los canales se hacían de lo que ellos llamaban “Cine de Terror” y era allí en donde veía con miedo a los primeros monstruos que conocí: “Frankenstein”, “Drácula”, “El Hombre Lobo, “El Monstruo de la Laguna Negra”, “El Abominable Hombre de las Nieves” e incluso uno al que no podía ver como lo era “El Hombre Invisible”.

Mi mamá cada vez que se daba cuenta que comenzaban estas “siniestras películas” me apagaba el televisor y sin más me llevaba a la cama para dormir, cosa que muchas veces no podía hacer ya que las imágenes de las promociones de esas películas se habían quedado grabadas en mi mente perturbando mi sueño.

Fui creciendo y ya en mi adolescencia los “monstruos” cambiaron a personajes demenciales quienes con hachas, filosos cuchillos, machetes, dagas y hasta motosierras se encargaban de poner fin a sus víctimas sin otra razón que la de satisfacer sus instintos criminales y su sed de desmedida sangre. De hecho, casi todos estos “nuevos monstruos” como lo eran “Jason Voorges” o “Freddy Krueger” eran elementos traumatizados en sus infancias que luego al hacerse adultos no pudieron manejar sus carencias emotivas y afectivas provocando estas deficiencias que se convirtieran en estos seres abyectos que vivían del miedo de sus fáciles presas.

Ya siendo adulto me encontré que no eran “Ni monstruos ni dementes” los que aterrorizaban en las pantallas porque ahora eran “zombies” (muertos vivientes) los que siendo “duros de matar” se encargaban de sembrar el pánico no sólo a sus indefensas víctimas sino también a quienes a través del cine y la televisión los podían ver. Recuerdo que en las primeras películas de zombies que puede ver estos seres eran lentos, torpes en sus movimientos y muy elementales en su manera de pensar lo que de alguna manera facilitaba las estrategias para defenderse y huir de ellos pero, cual no fue mi sorpresa con estos modernos zombies que, viéndolos repotenciados por los avances tecnológicos del cine ahora son rápidos, ágiles, astutos mentalmente y hasta vuelan porque llegue a ver películas coreanas en donde estos descendientes del voodoo se trepan por las paredes y surcan los aires sin alas.

Para el final de esta reseña “los monstruos actuales” ya no son seres de la noche, criminales ni resucitados, ahora los monstruos son los mismos seres humanos que conviven con nosotros ,codo a codo, en las calles, subterráneos o en cualquier tienda, seres que movidos por el odio, el resentimiento, el rencor y el revanchismo social se han convertidos en los auténticos y terribles monstruos. Hoy en día ya no me asustan Frankensten ni Drácula ni mucho menos Jason o Freddy Krueger. Ahora mi miedo está más cerca y no tengo que apagar la televisión como lo hacía mi madre cuando yo era niña para no verlos. Los monstruos que asustan están aquí a mi lado y esos si me dan miedo de verdad. Esos eran y son mis monstruos. ¿Los tuyos cuáles son?